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jueves, 28 de mayo de 2009

¿Sustentabili…que?

Circulando por las calles de la ciudad no puedo evitar sentir y darme cuenta del tremendo calor que no me deja en paz.

Me toca y no por voluntad pararme en un alto, no tengo otra cosa que hacer que fisgonear a un lado y a otro… el paisaje de esta ciudad es árido, no hay árboles suficientes para taparse del sol, y pienso que lo más refrescante que ha pasado en las ultimas dos semanas fueron tres lluvias que no alcanzan ni a humedecer la tierra.

Este maldito alto se hace eterno cuando estas parado bajo el rayo del sol de medio día, aquí esperando lo único que puedo hacer es pensar en algo fresco, justo estoy pensando que ya no aguanto más este sol sobre mi brazo y cara cuando a un lado de mi se para un camión pesado.

El camión me tapa el sol, me dan ganas de bajar a agradecerle al operador esta coincidencia, volteo y me doy cuenta que es una pipa, pero no de agua, ni de leche, transporta lodos de curtiduría, por lo menos eso dice el letrero, el olor y los escurrimientos que lo delatan.

Mientras el camión me cubre del sol por coincidencia o casualidad recuerdo una frase trillada en esta ciudad, “¡León capital Mundial del calzado!” ¡haaaaaa!, ¿Esta chingona no creen? Para mi gusto tiene dos formas de entenderla, la primera es romántica, con tintes de nacionalismo basado en los lugares comunes, y la segunda, basándonos en el índice de empresas desaparecidas, es mera utopía.

Yo creo que para que la frase representara realmente de manera más real lo que es la industria de la curtiduría en el municipio tendríamos que decir “¡León capital mundial en contaminación de ríos por desechos del sector cuero calzado!”

Miro aquel viejo camión corroído por los desperdicios que transporta, y no puedo evitar pensar en cifras, estadísticas y números.

Especialistas calculan que en la industria de la curtiduría se consumen 10 litros de agua por cada kilo de cuero que fabrican, también se calcula que en León son procesados cinco millones de cueros anualmente, es decir lo cual implica un gasto promedio de un millón 254 mil 750 litros de agua.

En cifras más dramáticas si los historiadores hablan de que León tiene 178 años dedicándose a la curtiduría 223 millones 345 mil 500 litros de agua han sido vertidos en los ríos y arroyos de la ciudad, algo así como llenar 30 veces el Lago Ness que tiene una capacidad de 7 millones 448 mil 291 litros de agua aproximadamente… ¡la cifra esta mamona!


Entonces me surgen dos preguntas… ¿Los ecologistas exageran cuándo aseguran que el 100 por ciento de los ríos de León están contaminados a causa de la industria que hizo famosa a la ciudad? Industria que además le regaló otra bonita frase “¡León calza al mundo!”… y ¿también lo contamina?

Al respecto, los grupos ecologistas aseguran que los estudios de laboratorio realizados en los ríos de la ciudad, han arrojado el alarmante dato de que hay químicos agresivos, arsénico y plomo, elementos que como ya es sabido son peligrosos para el humano y la naturaleza.

Entonces supongo que esa sería la explicación de que en las afluentes del municipio constantemente sean los malos olores y las natas negras que parecen piedras.

Mientras pienso en eso, recuerdo un anécdota de mi época como reportero de información general, viajaba de regreso de un evento con un grupo de importantes señores del ramo de la curtiduría, de repente pasamos por un río llamado de los Gómez, había un olor a químicos ocupados en los procesos de curtido, y les dije: “aquí apesta a desperdicio de tenería” y alguno de ellos respondió “¡no… huele a dinero!” y todos rieron a carcajadas.

Ese es un buen momento para darse cuanta que el evitar la contaminación en los ríos de la ciudad es una tarea difícil, pero para eso están nuestros funcionarios de Protección al Medio Ambiente, los Alcaldes, los Regidores, los Síndicos, y otros de diversos niveles, todos ellos de seguro aman esta tierra y están comprometidos con el servicio a la ciudadanía, de eso no hay duda, entonces ¿cuál será el problema? ¿Será la casualidad de que muchos de nuestros empleados municipales desde el primer hasta el último nivel son empresarios o están relacionados con el sector cuero calzado?

El calor sigue pegando de manera brutal, estar parado en este alto esperando turno para avanzar es como cocinarse a fuego lento en un horno, definitivamente se hace necesario ingerir algo fresco para por lo menos refrescar el cuerpo y dejar de estar con pensamientos que parecen producto del golpe de calor que seguramente estoy experimentando.

Miro a la derecha, una mujer viaja en su carro acompañada de sus hijos, observo que traen las ventanas totalmente cerradas, lo que me hace pensar que seguramente ella tiene el beneficio de contar con aire acondicionado, de verdad me causa envidia, y por si eso no fuera poco trae una paleta helada, definitivamente envidio a esta mujer, que a juzgar por las pronunciadas uñas de acrílico, la notable manicura y las joyas, además de estar fresca es elegante.

Observo la escena, me parece cautivadora e hipnotizante, definitivamente mejor que ese aire acondicionado y esa paleta solo existe una buena sombra con la brisa marina pegando y una cerveza fría para hacer tercio.

De repente la mujer baja la ventanilla, evidentemente esta acción me saca de mi transe alucinógeno, y me pregunto ¿que carajos estas pensando?, ¿por qué bajas el vidrio?, se va a escapar la frescura invernal que habita en tu carro.

Con un rápido movimiento la mujer que hasta hace unos momento considere elegante, juzgando sólo por el automóvil, las joyas y la manicura, se lame la mano, las uñas con estampados de maripositas azules, los dedos, el palito donde estuvo colocado el trozo de fresco hielo y una vez terminado el ritual digno de un gato, lanza la envoltura y la vara de la paleta a la calle.
La luz del semáforo se pone en verde, los vehículos avanzan, y mientras me alejo miro como los autos pasan sobre esa envoltura metálica una y otra vez.

Me pregunto como será esa elegante mujer en su vida diaria, ¿será de esa señoras que cuando está en reunión con sus amistades se dedica a criticar los grandes encharcamientos que se dan en la ciudad, utilizando la trillada frase “es que no es posible, ¿ que están haciendo las autoridades para que no se inunde”

Y mientras se queja, pensara en todas aquellas veces que hecho la basura por la ventanilla, y en todas aquellas envolturas que ensuciaron las calles para evitar que su auto se ensuciara, o también es de aquellas que se quejan amargamente diciendo: “hay es que esta ciudad es un cochinero, ve nomás cuanta basura tirada, gente sucia que no barre su calle”.

Entonces ya no dudaría que esta mujer de gatunos hábitos de higiene a la hora de comer, también critique duramente que sus pisos, su cochera, y su casa en general se vean invadidos por aguas negras cuando llega la temporada de lluvias.

No puedo evitar ver como una perdida de tiempo el hablarle de sustentabilidad, calentamiento global, ecología y el cuidado del medio ambiente, a este tipo de seres vivos que evidentemente les vale madre todo, hasta ellos mismos.

Es decepciónate ver todos los días las mismas acciones faltas de respeto, situaciones que denotan falta de interés por la ciudad, el mismo valemadrismo por el medio ambiente, la misma apatía por vivir mejor.

Estoy tan encabronado que recuerdo un escrito que llevé a cabo hace tiempo llamado de patriotas y patrioteros, y con decepción veo que la ciudad, y el país están saturados de patrioteros, de seres sin escrúpulos que critican y critican pero nunca ponen una buena acción para dejar de vivir en el tercer mundo, y es que seguramente en su cerebro que ha de ser poco evolucionado no entienden que el lugar más limpio no es el que más se limpia, sino el que menos se ensucia.

Por que no importa si es el empresario con un importante negocio que tira residuos a los ríos, la señora rica que tira su basura en la calle pensando que dejó el problema atrás, tampoco importa si el propietario de un auto ilegal, que no lo verifica por que la ley no lo obliga, no importa si es el que se dice o catalogan como pobre, que sigue tirando la basura en donde se le da su gana, de todos modos a todos nos va a ir igual.

Llegará un momento en el cual la mierda, los residuos tóxicos, la basura, y los contaminantes que han estado aguardando el momento de emerger, ¡saldrán!, se meterán a nuestras casas, a los autos, al transporte público, a los negocios, a los mercados, a nuestras vidas.

Esto no será en 10 ni en 20 años, tampoco en 50, será en las siguientes temporadas de lluvias, y cada día será más frecuente, así que tendremos que acostumbrarnos a vivir conviviendo con nuestros desechos corporales y los de otros, con nuestra basura y la de otros, y con los desechos tóxicos que seguramente no nos darán poderes de superhéroe, pero si nos causaran tumores o un deforme y canceroso tercer testículo u ovario.

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